Según el último informe del Índice de Economía y Sociedad Digital (
DESI) de la Comisión Europea, que evalúa el rendimiento digital de los países en cuatro áreas clave (capital humano, conectividad, integración de la tecnología digital y servicios públicos digitales), España ocupa la séptima posición entre los 27 Estados miembro.
De hecho,
España se sitúa por encima de la media europea en la digitalización de los servicios públicos. Esto incluye la disponibilidad y el uso de servicios gubernamentales en línea, lo que facilita la
interacción entre los ciudadanos y el gobierno. Por tanto, si nos comparamos con otros países, España se encuentra por delante de grandes economías como Alemania, Francia e Italia en términos de digitalización, aunque por detrás de Finlandia, Dinamarca y Países Bajos, que continúan liderando en la
adopción y uso de tecnologías digitales.
A ello contribuye, sin duda, que el nuestro es uno de los países líderes en conectividad, ocupando el tercer puesto en la UE: destacamos en la
cobertura de red fija de muy alta capacidad, con un 94% en comparación con el 70% de la media europea. Esta buena conectividad facilita que tanto el
sector público y privado adopten cada vez más tecnologías digitales para mejorar su eficiencia y competitividad.
Además, España también tiene casos de éxito en esta transformación digital. Por ejemplo, la implementación del
sistema Cl@ve ha facilitado el acceso a los servicios públicos digitales y permite a los ciudadanos identificarse electrónicamente y realizar trámites de manera segura y eficiente. Más recientemente,
Carpeta Ciudadana (donde se reúnen muchos de los trámites y documentos necesarios en nuestra relación con la administración) también ha cosechado muchas alabanzas.