Estamos acostumbrados a navegar por internet sin interrupciones y a gran velocidad y, cuando no es así, abandonamos el sitio sin esperar si tarda más de 3 segundos. Si tu web es lenta, no solo afectará a la experiencia de usuario y se irá sin que cumpla su objetivo, afectando a las conversiones, también repercutirá en el posicionamiento SEO y en la reputación de la marca. Por eso optimizar el rendimiento web es ya una cuestión estratégica para la que hay soluciones específicas.