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Teletrabajo: situaci贸n, beneficios y claves para implementarlo en la Administraci贸n

Por Editorial Vodafone Business
Trabajar en remoto es una opción cada vez más valorada entre las empresas. También, por supuesto, en la Administración Pública. Si bien España está actualmente lejos de los países punteros en lo que a teletrabajo se refiere, eso no significa que el sector público no esté preparado o que en situaciones de necesidad no se pueda implantar. Te damos todas las claves. El teletrabajo es tendencia en las grandes empresas, especialmente en aquellas cuya raíz es eminentemente tecnológica o en las que han abrazado, sin ambages, la digitalización de sus procesos y operaciones. De hecho, según los datos de Eurostat, un 4,3% de los trabajadores españoles teletrabajan habitualmente. A nivel europeo, la media se sitúa en un 5,2%. Pero, ¿qué pasa con la Administración Pública? ¿Difiere mucho la realidad empresarial de la de los entes públicos? La respuesta es afirmativa. Y es que desde el sector público se ha abordado el teletrabajo de una manera (algo) más decidida. No mucho más, pero eso es, al menos, lo que muestran las cifras. En España, el 7% de laAdministración está formada por teletrabajadores. En Europa, la media es del 17%. Y, en casos como Suecia, hasta el 51% de los empleados del sector público teletrabajan. Sin embargo, esta realidad no debe ensombrecer algunos “brotes verdes”. Son, por el momento, minoritarios pero inspiradores. Un buen ejemplo es el caso de la Agencia Española de Protección de Datos, que ha implantado un plan de teletrabajo que “afecta”, nada más y nada menos, que a un 55% de su plantilla y que busca, entre otras cosas, favorecer la conciliación de su personal. La generalización del teletrabajo en la Administración Pública repercutirá, a medio y largo plazo, pero también de manera inmediata, en beneficios tangibles para trabajadores e instituciones. Una fórmula win-win de la que el sector público obtendrá, como principales ventajas, las siguientes: 1. Ahorro de costes para la Administración En cualquier empresa o Administración, cada trabajador supone un coste en términos de servicios, equipamiento, gastos asociados como la electricidad, agua, etc. Si se reduce el número de trabajadores, estos gastos se reducen proporcionalmente, permitiendo convertir ese ahorro en nuevas inversiones para asegurar el bienestar del ciudadano. 2. Beneficio social y sostenibilidad La sostenibilidad es un reto para toda la ciudadanía y una obligación para las Administraciones Públicas. Es más, está tipificada en la Agenda 2030, un plan de acción planetario basado en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que busca asegurar el desarrollo social y económico mundial desde un punto de vista ecológico y sostenible. Gracias a la tecnología en general y al teletrabajo en particular, es posible reducir las emisiones de CO2 y disminuir desplazamientos y atascos, pues los trabajadores no deben trasladarse a su punto de trabajo; aprovechar mejor las infraestructuras de transporte y las carreteras, etc.  Además, el teletrabajo contribuye a superar los problemas de movilidad que podrían derivarse de limitaciones físicas por algún tipo de discapacidad -fomentando la incorporación a la Administración de estas personas- o espaciales/geográficos por cuestiones como la insularidad, los entornos rurales o la falta de comunicaciones propias de “La España vaciada”. En definitiva, teletrabajar repercute en el bien común. 3. Conciliación y salario emocional Gracias al teletrabajo, el empleado público podrá disfrutar de más tiempo para sí mismo, pues los desplazamientos al puesto de trabajo automáticamente desparecen. Dependiendo del lugar de residencia del funcionario esto puede no parecer una gran ventaja, pero en ciudades como Madrid se invierte más de una hora (62 minutos) de media para llegar al puesto de trabajo. En otras urbes como Barcelona, estos tiempos son menores, pero igualmente significativos. De hecho, en la Ciudad Condal se tarda de media 50 minutos, en Málaga 49 minutos o en Zaragoza 48 minutos, por poner algunos ejemplos. Hay que tener en cuenta que el teletrabajo es, hoy en día, uno de los elementos más relevantes dentro del llamado “salario emocional”, esto es, las retribuciones no económicas que el empleado puede percibir de la empresa -en este caso Administración- y que mejoran su percepción sobre el ambiente laboral, incrementan su productividad y satisfacen necesidades profesionales, personales o familiares. En resumen, para el funcionario el teletrabajo supone un incentivo en forma de tiempo, lo que repercute de manera directa en su calidad de vida y motivación. 4. Eficiencia y productividad Históricamente, el trabajo por objetivos no ha estado entre las prioridades de la Administración. Sí es más común en las empresas privadas. Frente a un modelo tradicional presencialista más propio del sector público, el teletrabajo fomenta la consecución de objetivos individuales y la medición del grado de cumplimiento de los mismos gracias a la tecnología y a las herramientas digitales. Esto repercute muy especialmente en la productividad y la eficiencia del funcionario. John Roberts, profesor emérito de la Universidad de Stanford, ha puesto cifras a este incremento, afirmando que el teletrabajo puede llegar a aumentar la productividad hasta en un 20%. 5. Respaldo normativo El teletrabajo en la Administración está respaldado desde un punto de vista jurídico desde hace tiempo, tanto a nivel nacional como autonómico. Es por ello que cualquier iniciativa puesta en marcha por un ente público cuenta con el apoyo y soporte legal necesario. La actualmente derogada Ley 11/2007, en su disposición final sexta, ya hablaba de “regular las condiciones del teletrabajo en la Administración General del Estado”. Por su parte, la Orden APU/1981/2006, de 21 de junio, del Ministerio de Administraciones Públicas, promueve la implementación de programas piloto de teletrabajo en los departamentos ministeriales. A nivel europeo, además, en 2002 se rubricó el Acuerdo marco Europeo sobre Teletrabajo. Por último, en el contexto autonómico son varias las disposiciones dedicadas a regular el teletrabajo, como, por ejemplo: Ley 10/2010, de 9 de julio, de ordenación y gestión de la Función Pública Valenciana, que indica que la Generalitat “incorporará las fórmulas telemáticas más adecuadas para hacer posible la implantación del teletrabajo”. El reglamento se desarrolló en el Decreto 82/2016, de 8 de julio, del Consell. Ley 2/2015, de 29 de abril, del empleo público de Galicia  Ley 13/2015, de 8 de abril, de Función Pública de Extremadura Decretos 9/2011, de 17 de marzo, por el que se regula la jornada de trabajo no presencial mediante teletrabajo en la Administración de la Comunidad de Castilla y León; y Decreto 16/2018, de 7 de junio, por el que se regula la modalidad de prestación de servicios en régimen de teletrabajo en la Administración de la Comunidad de Castilla y León. Decreto 92/2012, de 29 de mayo, en el País Vasco Prácticamente todas las comunidades cuentan con una disposición que regula el teletrabajo, por lo que el apoyo y la seguridad jurídica secundan la implementación del mismo en cualquier órgano público. Consejos para implantar el teletrabajo en una Administración Una vez conocidos los beneficios del teletrabajo para el sector público, el siguiente paso, no exento de dificultad, es su puesta en marcha, ya sea por necesidad o por iniciativa propia. En este sentido, siempre es recomendable contar con referencias externas de otras entidades que hayan pasado por un proceso similar. Por ejemplo, puedes inspirarte en la sesión sobre teletrabajo promovida por Vodafone Business University, llamada ‘Digital Workspaces’. En ella se abordaron casos de éxito en la implementación del trabajo a distancia, además de las herramientas necesarias o las metodologías a seguir para acelerar el proceso sin perder garantías de éxito. Por otro lado, la compañía de telecomunicaciones ha elaborado una guía sobre cómo implantar el teletrabajo sin complicaciones. Estas indicaciones son válidas tanto para las empresas como para las Administraciones Públicas, por lo que te recomendamos leerlas para contribuir a que la distancia física no sea un problema a la hora de trabajar.

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Medir la eficacia de la publicidad online

Por Editorial Vodafone Business
La eficacia de la publicidad online está demostrada por todas aquellas empresas que apuestan por ella en sus estrategia de marketing, ante la evidencia de que vivimos en un entorno digital donde los posibles clientes se desenvuelven a diario. Quien analice sus propios datos de tráfico web, ventas en tiendas en línea o retorno de la inversión con activación de su retail físico sabrá hasta qué punto logra rendimientos reales en sus campañas, pero quedaba por demostrar la fiabilidad de los mismos sistemas de medición. Investigadores de la Northwestern University y Facebook publicaron en marzo una nueva investigación en la revista INFORMS Marketing Science que arroja luz sobre si los enfoques comunes para la medición de publicidad en línea son tan confiables y precisos como el «estándar de oro» de los experimentos aleatorios a gran escala. El estudio se titula «Una comparación de enfoques para la medición de la publicidad: Evidencia de Big Field Experiments en Facebook» (A Comparison of Approaches to Advertising Measurement: Evidence from Big Field Experiments at Facebook) y está escrito por Brett Gordon, de la Northwestern University; Florian Zetttelmeyer de la Northwestern University y la Oficina Nacional de Investigación Económica; y Neha Bhargava y Dan Chapsky de Facebook. «Nuestros hallazgos sugieren que los enfoques de observación de uso común que se basan en datos generalmente disponibles para los anunciantes a menudo no miden con precisión el efecto real de la publicidad», dijo Brett Gordon. Los enfoques observacionales son aquellos que abarcan una amplia clase de modelos estadísticos que se basan en los datos «tal como son», generados sin manipulación explícita a través de un experimento aleatorio. «Encontramos una diferencia significativa en la efectividad de los anuncios obtenida de los ensayos de control aleatorios y los métodos de observación que los anunciantes utilizan con frecuencia para evaluar sus campañas», agregó Zettelmeyer.En general, los métodos actuales y más comunes sobreestiman la efectividad de los anuncios en relación con lo que encontramos en nuestras pruebas aleatorias. Aunque en algunos casos, subestiman significativamente la efectividad «. Una pregunta clave es si una campaña publicitaria produjo resultados incrementales: ¿compraron más consumidores porque vieron un anuncio, o muchos de esos consumidores lo habrían comprado incluso en ausencia del anuncio? La obtención de una medida precisa de los resultados incrementales («conversiones») ayuda a un anunciante a calcular el retorno de la inversión (ROI) de la campaña. «Las plataformas digitales que transmiten publicidad, como Facebook, han creado medios integrales para evaluar la efectividad de los anuncios, utilizando datos granulares que vinculan las exposiciones de los anuncios, los clics, las visitas a las páginas, las compras en línea e incluso las compras fuera de línea», dijo Gordon. «Aun así, incluso con estos datos, medir el efecto causal de la publicidad requiere la plataforma de experimentación adecuada». Los autores del estudio utilizaron datos de 15 experimentos de publicidad de EE. UU. En Facebook, que comprenden 500 millones de observaciones de experimentos de usuarios y 1.600 millones de impresiones de anuncios.La plataforma de experimentación de «conversión de conversión» de Facebook ofrece a los anunciantes la capacidad de realizar experimentos controlados aleatorios para medir el efecto causal de una campaña publicitaria en los resultados de los consumidores. Estos experimentos asignan al azar a los usuarios a un grupo de control, que nunca están expuestos al anuncio, y a un grupo de prueba, que son elegibles para ver el anuncio. La comparación de los resultados entre los grupos proporciona el efecto causal del anuncio porque la aleatorización garantiza que los dos grupos sean, en promedio, equivalentes, excepto las exposiciones de publicidad en el grupo de prueba. Los resultados experimentales de cada campaña publicitaria sirvieron como una línea de base con la cual evaluar métodos comunes de observación. Los métodos de observación comparan los resultados entre los usuarios que fueron expuestos al anuncio y los usuarios que no estaban expuestos. Estos dos grupos de usuarios tienden a diferir sistemáticamente de muchas maneras, como la edad y el género. Estas diferencias en las características pueden ser observables porque el anunciante (o su plataforma de publicidad) a menudo tiene acceso a estas características y otras, por ejemplo, además de saber el género y la edad de un usuario en línea, es posible observar el tipo de dispositivo. en uso, la ubicación del usuario, cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que lo visitó, etc. Sin embargo, la parte difícil es que los grupos expuestos y no expuestos también pueden diferir en formas que son muy difíciles de medir, como los usuarios subyacentes Afinidad por la marca. Decir que el anuncio “causó” un efecto requiere que la investigación pueda explicar las diferencias observadas y no observadas entre los dos grupos. Los métodos de observación utilizan datos sobre las características de los usuarios que se observan para intentar ajustar las diferencias observables y no observables. «Nos propusimos determinar si, como se cree comúnmente, los métodos de observación actuales que usan datos completos a nivel individual son ‘lo suficientemente buenos’ para la medición de anuncios», dijo Zettelmeyer. «Lo que descubrimos fue que incluso datos bastante completos resultan inadecuados para producir estimaciones confiables de los efectos publicitarios». «En principio, creemos que el uso de ensayos controlados aleatorios a gran escala para evaluar la efectividad de la publicidad debería ser el método preferido para los anunciantes siempre que sea posible».

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10 tendencias tecnol贸gicas que marcar谩n 2020

Por Editorial Vodafone Business
¿Qué tecnologías serán más determinantes en 2020? ¿Qué tendencias veremos en sus usos? ¿Cómo podemos anticiparnos a la llegada de nuevas herramientas que afectarán a nuestros negocios y vida diaria? Un año más, en The New Now nos atrevemos a hacer nuestras predicciones sobre cuáles serán las 10 tendencias tecnológicas en los próximos meses. Aunque la carrera comercial por los ordenadores personales parece cosa del pasado y hace tiempo que las keynotes de los fabricantes o desarrolladores se centran más en otros dispositivos como smartphones o asistentes de voz, en el mundo de la investigación los avances en velocidad y capacidad de proceso siguen produciéndose y prometen ser determinantes en los próximos años, empezando por este. El pasado 23 de octubre de 2019, Google anunció que había logrado la supremacía cuántica al realizar en 3 minutos y 20 segundos un cálculo que las mayores supercomputadoras del mundo no podrían completar en menos de 10.000 años. Su avance fue publicado en la revista Nature   y fue contestado por IBM rápidamente en su blog .  Se haya logrado o no esa “supremacía cuántica” descrita por John Preskill en 2012, lo que sí es cierto es que ambas compañías realizan avances con sus procesadores cuánticos de 53 qubits y que, como informa The New York Times, capitalistas de riesgo han invertido más de 450 millones de dólares en nuevas empresas que exploran esa tecnología. Programación de supercomputadoras user friendly Futuro de la computación cuántica, neuromórfica y nanotecnológica Las 10 supercomputadoras más rápidas del mundo Primera red cuántica de comunicaciones en China
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