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18 de septiembre de 2025 - Tiempo de lectura 3 min

Riego inteligente: Digitalización del ciclo del agua para empresas agrícolas

El sector agrícola español está en pleno crecimiento y en 2023/2024 aumentó la producción hasta los 65.513 millones de euros y cerca de 770.000 personas empleadas. España es un gran productor de alimentos en la UE, con más de 23 millones de hectáreas de superficie agraria útil y una fuerte presencia en productos como el aceite de oliva. Sin embargo, según el MAPA, el sector enfrenta desafíos como la disminución en el número de explotaciones y un estancamiento de la productividad en comparación con otros países europeos. A estos retos, hay que añadir otro asociado a la crisis climática: la escasez de agua. 
Riego inteligente: Digitalización del ciclo del agua para empresas agrícolas

El reto de la escasez de agua para las empresas agrícolas

La agricultura es el sector que más agua consume en el mundo: según la FAO, más del 70 % de los recursos hídricos se destinan a uso agrícola y aquí en España es el mayor consumidor de agua, utilizando alrededor del 80-82% del total disponible. Así, para las empresas agrícolas, la escasez de agua no solo supone un riesgo operativo, sino también un desafío económico y reputacional. La competitividad futura dependerá de la capacidad de producir más con menos recursos, garantizando trazabilidad, sostenibilidad y cumplimiento normativo. En este escenario, la digitalización emerge como la gran aliada para transformar el ciclo del agua y optimizar su uso en el campo. 

Una gestión inteligente del agua

Según los últimos datos de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE) del MAPA, en el año 2021 se regaron en España 3.862.811 ha. de un total de 16.902.423 hectáreas cultivadas, lo que - supone un 22,85 % de la superficie total cultivada. Esta superficie de regadío coloca a España como el primer país en superficie de regadío de la Unión Europea y el primer país a nivel mundial en superficie de riego localizado, debido a que el 52,69% de la superficie total regada se lleva a cabo por este tipo de sistemas, mientras que, a nivel mundial, solamente un 6% de la superficie total regable cuenta con sistemas de riego localizado.

Para mantener ese liderazgo, la producción agroalimentaria española se está modernizando para mejorar la eficiencia en el uso del agua, y en un contexto de cambio climático, con sequías recurrentes y presión sobre los acuíferos, la gestión eficiente del agua se ha convertido en un factor crítico para la sostenibilidad del sector, tanto económico como medioambiental. Esta modernización es posible gracias a todo tipo de tecnologías conectadas habilitadoras, como la red 5G, los dispositivos IoT, o la analítica de datos gracias a la AI que dan forma al “Riego Inteligente”. 

Cómo funciona un sistema de riego inteligente en tu campo

Un sistema de riego inteligente combina sensores IoT, conectividad y plataformas de análisis de datos para tomar decisiones precisas sobre cuándo, cuánto y cómo regar cada cultivo: 

  • Sensores de campo: miden variables como la humedad del suelo, la temperatura, la radiación solar o la previsión meteorológica.
  • Conectividad IoT: los datos se transmiten en tiempo real mediante redes móviles (NB-IoT, LTE-M) a una plataforma centralizada en la nube.
  • Plataforma de gestión: analiza la información y genera recomendaciones o activa de manera automática el riego según las necesidades del cultivo.
  • Control remoto: los responsables agrícolas pueden supervisar y ajustar el sistema desde cualquier dispositivo conectado. 
El resultado es un sistema autónomo y predictivo, capaz de adaptar el riego a las condiciones reales del terreno, evitando tanto el exceso como el déficit de agua. 

Ahorra agua y costes con el control de riego inteligente 

La digitalización del ciclo del agua no es solo una apuesta tecnológica, es una inversión estratégica. Entre los principales beneficios para las empresas agrícolas destacan: 

  • Reducción del consumo de agua: hasta un 30 % menos gracias a la aplicación precisa y localizada.
  • Ahorro en costes energéticos y de insumos: menor bombeo y uso más eficiente de fertilizantes.
  • Mayor productividad y calidad de los cultivos: al mantener condiciones óptimas de hidratación.
  • Cumplimiento con normativas ambientales y certificaciones: un factor clave para acceder a mercados internacionales.
  • Trazabilidad y datos históricos: facilitan la toma de decisiones estratégicas y la planificación de campañas. 
Hoy el riego inteligente representa una herramienta de competitividad para las empresas agrícolas, permitiéndoles afrontar el reto de la escasez hídrica con soluciones sostenibles, escalables y conectadas. Aunque el uso de tecnologías inteligentes no se queda ahí, y pueden aplicarse a todo el ciclo productivo de principio a fin, como demuestra el caso de Bodegas Emina y su apuesta por la digitalización de su viñedo, desde la uva al embotellado, gracias a la Plataforma IoT de Vodafone. 

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