El previsible éxito definitivo del Metaverso, un paso más allá de lo que conocíamos hasta ahora como Realidad Mixta (aumentada y virtual), dependía de dos factores tecnológicos que ya han llegado. Por una parte, la velocidad, capacidad y latencia de la red 5G, sin la cual la experiencia no podía ser tan potente. Por otro, y precisamente por la calidad de la experiencia del usuario, el mayor freno hasta la fecha estaba con mucha probabilidad en los dispositivos utilizados. Esas gafas tipo Oculus, sustituidas en ocasiones por un smartphone sobre una carcasa, que no solo resultaban pesadas de llevar, sino que generan un aislamiento excesivo del entorno cuando estás en el exterior y/o en compañía de otros. Para muchos podía hasta resultar ridículo su uso, cuando no sentir cierto temor o desprotección en ese aislamiento. Aunque las Google Glasses ya lo intentaron, probablemente demasiado pronto para el estado del resto de tecnologías, recientemente Ray-Ban ha presentado su modelo Stories, directamente enfocadas al Metaverso de Zuckerberg, que se unen a las Nreal Light ya comercializadas por Vodafone y abren una nueva dimensión para un mercado masivo con millones de usuarios. ¿Cuál es el siguiente paso? Probablemente, la regulación.
Poner puertas al campo infinito
Nada más aparecer este modelo de gafas, con una apariencia totalmente similar a las clásicas Wayfarer de sol de la marca, los expertos en seguridad y privacidad han llamado la atención sobre los límites éticos que pueden representar. Ya las Google Glasses fueron prohibidas en lugares como vestuarios por razones evidentes. La capacidad de grabar y enviar a la nube en tiempo real, no ya sin consentimiento sino que ni siquiera con el conocimiento del grabado, choca con las regulaciones de protección de datos. Como aclaran fuentes de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) citadas en un artículo de elDiario.es las fotos y vídeos quedan amparadas por la excepción legal que permite grabar, con “una finalidad exclusivamente doméstica,” mientras que sólo las descargues para tu uso, pero “la difusión a terceros de las grabaciones a través de internet, quedaría sometida a la normativa de protección de datos”.
Pero con el previsible uso masivo de este nuevo entorno las dudas se extienden a otros ámbitos, como la Propiedad Industrial. El experto Ángel García Vidal, consejero académico de Gómez-Acebo & Pombo, alerta en El Confidencial sobre las posibles infracciones producidas por quienes plagien diseños de productos reales para venderlos en el Metaverso, o en formato NFT. Por ejemplo, si nuestros avatares van a poder vestirse con ropa digital, que alguien venda trajes Chanel o bolsos Luis Vuitton sin ser sus legítimos dueños, como si de imitaciones de mercadillo se trataran.
Problemas del Mundo Real en el Mundo Virtual
No se trata aquí de sembrar dudas o desconfianza sobre un entorno nuevo que, por muy virtual que sea, no deja de ser parte de la Realidad. Y como no puede ser de otro modo, los defectos que tengamos como personas o sociedad se verán reflejados en esos mundos paralelos, o mejor dicho, superpuestos.
La diferencia aquí es que, al partir de cero y en un mundo globalizado y ultra informado, tenemos la posibilidad de ser capaces de anticiparnos a los efectos negativos de esta nueva tecnología, por otra parte muy previsibles.
Veamos alguna de las cuestiones problemáticas del Metaverso identificadas por los expertos:
El MIT nos habla por ejemplo de la dismorfia y la autopercepción corporal como riesgo. Ya hemos vivido la polémica sobre el efecto negativo de las imágenes en RRSS como Instagram, en la que el uso de filtros es una mínima parte de lo que podríamos hacer con nuestros personajes modelados virtualmente, ahora nos enfrentamos a la posibilidad de convertirnos en una persona completamente diferente si nos nos gustamos ante el espejo y no sabemos lo que ocurrirá cuando salgamos de ese escenario para volver a las relaciones normales. Y más allá de esta cuestión de salud mental, Tanya Basu se pregunta en este artículo del MIT Technology Review cómo usaremos los avatares cuando esperamos que actúen como representaciones de nosotros mismos más allá del contexto de un videojuego específico. Por ejemplo “en entrevistas o reuniones, esta autopresentación podría tener un papel más importante y mucho más relevante” y nos lanza una nueva pregunta: «¿qué pasa si el avatar que presentamos no es quien realmente somos? ¿Acaso importa?»
La respuesta tiene muchas implicaciones diferentes, desde la honestidad de nuestras relaciones personales o profesionales a los efectos psicológicos de quienes no quieren verse como les dejen los avatares, o la creación de nuevos modelos y estándares de belleza digital de efectos imprevisibles.
Un paso más allá: cuando transitemos por un Metaverso hiperrealista podría ser difícil reconocer si el personaje con el que interactuamos es otra persona o una inteligencia artificial. Y recordemos que en un conocido experimento, los bots de Google Duplex lograron hacerse pasar por humanos en una llamada telefónica para reservar cita en una peluquería.
Otro de los problemas del mundo físico que se han visto reproducidos casi de forma inmediata es el abuso y el acoso. La noticia, no por sensacionalista, deja de ser relevante. En diciembre de 2021 una usuaria del Metaverso denunció que su avatar había sido víctima de una «manada» virtual.
En este sentido, Enrique Ávila, director del Centro de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil, explicó en un acto organizado por la Universidad CEU San Pablo y OdiseIA y recogido por Business Insider, que «todavía hay un ecosistema completo de dispositivos de acceso [al Metaverso] por desarrollar (…) un Metaverso que va a ser una fuente de negocio con enormes inversiones» y precisamente por eso, añadió «Esos juguetes de acompañamiento podrán generar un sinfín de datos sobre nuestros deseos y nuestras sensaciones que las compañías podrían comenzar a comercializar. Podrían generar sesgos e influencias hasta un punto en el que hasta ahora no éramos capaces siquiera de imaginar. Vamos a tener que protegerlo».
En el mismo acto (según cuenta Alberto R. Aguiar) Guillermo Serrano, el responsable de Políticas Públicas de Meta quiso aclarar que «Un Metaverso no lo va a construir una sola empresa» y es ahí donde todos estamos implicados en convertir ese nuevo espacio en un lugar más seguro.
Los cuatro Principios Éticos del Metaverso
Volvamos al lado más positivo del Metaverso, que representa una oportunidad de negocio y de avance social en todos los sentidos aún difícil de estimar. Para Edgar Martín Blas en interactiva.com: “Estamos ante algo grande. Tal vez es uno de los giros tecnológico-creativos más importantes del siglo, en un mundo que ya mostraba agotamiento de ideas, demasiados corsés en una web totalmente saturada de ‘banners’ y ‘layers’”. Y, como hemos dicho previamente, contamos con la ventaja de que podemos estar preparados ante las potenciales amenazas.
La propuesta fundamental debe ser partir del principio básico de todas las ciencias sociales, en las que el objeto de estudio es un sujeto, y por tanto, tiene ciertos derechos.
Se trata de aplicar lo que se conoce comoLos Cuatro Principios Éticos para poder satisfacer dilemas morales, éticos y legales y que tiene su origen en el Código de Nüremberg (1947) resultante de los juicios del mismo nombre, en el que se condenaron las prácticas de los experimentos nazis en personas, pretendidamente justificadas por los avances que se podrían lograr. Aunque hagan relación a la experimentación médica, hoy son de aplicación en el resto de ciencias sociales y son consideradas las bases para una práctica ética en cualquier profesión, especialmente a partir de la publicación del Informe Belmont (1979) encargado por la comisión nacional para la protección de los sujetos humanos de investigación biomédica y del comportamiento (USA).
Los Principios Generales de la Ética son el respeto a la autonomía de las personas, la beneficencia, la no maleficencia y la justicia.
La Autonomía de las personas exige que éstas estén en condiciones de deliberar y decidir sobre cualquier actuación de otras personas que afecte a su seguridad, integridad física o moral. Esta capacidad de autonomía debe garantizarse mediante un consentimiento informado y debe proteger también a quienes tengan sus facultades mermadas. Este principio lo conocemos cuando tenemos que firmar una autorización antes de una intervención médica (donde lo importante no es que deleguemos la responsabilidad sino que seamos conscientes realmente de los riesgos que asumimos) y debería aplicarse a cualquier situación en la que no tengamos control total. Por ejemplo, si estamos interactuando con un bot en el Metaverso, y nos puede influenciar de cualquier manera en nuestro comportamiento (imaginen el nivel de las Fake News aquí), debemos estar informados de ello y haber dado autorización. Por supuesto, en caso de cualquier efecto secundario, etc.
La Beneficiencia o búsqueda del bien, obliga a los experimentos a que sean realizados con la finalidad de lograr un efecto positivo, más allá de evitar cualquier daño o consecuencia negativa. Esto significa que es necesario evaluar plantearse si es realmente necesario lo que vamos a realizar y analizar los riesgos potenciales de la tecnología que vamos a emplear en el Metaverso, para que los efectos sean siempre positivos: mejorar las relaciones interpersonales, evitar el aislamiento y fomentar la inclusión; desarrollar negocios y oportunidades de ocio donde no las había, etc.
La No Maleficiencia es un paso más allá de ese principio de beneficiencia. Literalmente se trata de comprometerse a no causar daño con nuestros actos de forma consciente. Si no podemos garantizar los efectos positivos de nuestra actividad en el Metaverso, al menos debemos asegurarnos de que no son perniciosos. La no maleficiencia también entra en juego cuando para causar beneficiencia a un grupo o persona estamos generando efectos negativos en otras, y por eso son necesarias y complementarias. En este caso, no aplica lo de «no hay mal que por bien no venga».
El último de los cuatro principios éticos que debería regir el Metaverso, al igual que el resto de actividad humana, es el de la Justicia.
Justicia que no se refiere a la aplicación práctica de un determinado reglamento o ley por un tribunal, sino a lo que subyace en esas instituciones: que casos considerados similares se traten de manera similar y que aquellos que sean diferentes tengan reconocimiento de su diferencia y sean respetados. Esto es especialmente necesario frente a casos de colectivos vulnerables, dependientes o minorías.
Las Leyes de la Robótica y el Metaverso
Para finalizar esta reflexión vamos a volver a la idea de que el Metaverso será un espacio en el que convivamos humanos con robots de todo tipo (desde los algoritmos de la app hasta los avatares humanoides) y recordaremos los tres principios éticos que propuso Isaac Asimov en su cuento de 1942 Runaroundl, en la protohistoria de la robótica:
Un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daños.
Un robot debe obedecer las órdenes que le den los seres humanos, excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
Un robot debe proteger su propia existencia siempre que dicha protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley
Más adelante, el propio Asimov amplió esta norma a cualquier máquina, escribiendo «Ninguna máquina puede dañar a la humanidad; o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daños». Puesto que el Metaverso es un artefacto digital, nos parece un compromiso de mínimos para manejarlo.
José Carlos León es profesor de marketing y publicidad, consultor en comunicación y autor de libros como Gurú lo serás tú o El Buen Capitalista.
Nuestro objetivo es construir una sociedad centrada en el progreso socioeconómico. Creemos que la tecnología y la conectividad pueden ayudar a mejorar la vida de millones de personas y empresas. Tenemos el compromiso de hacerlo reduciendo nuestro impacto ambiental y construyendo una sociedad digital inclusiva que respeta nuestro planeta.
La ciberseguridad ya no es una opción y, como todos los expertos alertan, existen dos tipos de empresas: las que han sufrido un ataque y las que lo van a sufrir, o no se han enterado de que lo han tenido. No importa nuestro tamaño o actividad, ya que en muchas ocasiones los ataques se producen como puente a presas mayores. Por eso, contar con una estrategia de detección y respuesta en tiempo real, apoyada por un servicio MDR y tecnologías avanzadas, es esencial para proteger tu empresa hoy mismo. No se trata solo de prevenir, sino de estar preparados para adaptarse y resistir. Porque en ciberseguridad, la mejor defensa es una buena anticipación.
De hecho, la ciberseguridad no puede ser una reacción, sino que debe ser una estrategia proactiva que esté integrada en todo el modelo de negocio, si queremos conservarlo. Además, las amenazas evolucionan constantemente, y los ciberdelincuentes emplean cada vez técnicas más sofisticadas que requieren una vigilancia y actualización de nuestras defensas también continua.
Las empresas se enfrentan de forma creciente a una avalancha de riesgos y de ciberataques que merman su productividad y competitividad. Ante este panorama, y con el objetivo de fortalecer la resiliencia digital, la Unión Europea desarrolló la Directiva NIS2 que entró en vigor el 16 de enero de 2023.
Esta norma sustituye a la Directiva NIS original de 2016 y supone una ampliación del marco regulatorio existente. Su objetivo es ampliar el número de empresas que tienen que cumplir la normativa y establecer requisitos más estrictos y claros para la gestión de los riesgos de ciberseguridad.
España se encuentra ante un punto de inflexión en la gestión del agua. A la presión creciente del cambio climático, las sequías recurrentes y el envejecimiento de las infraestructuras, se suma ahora una oportunidad histórica: el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Ciclo del Agua. Con más de 3.000 millones de euros movilizados, el PERTE ofrece el impulso necesario para digitalizar de forma integral el sector hídrico. Y en el centro de esta transformación se encuentra una tecnología que ya está revolucionando otros sectores: el Internet de las Cosas (IoT).
Los datos hablan por sí solos: un cuarto de las tuberías en España tiene más de 40 años y apenas un 17% ha sido renovado en la última década. Este envejecimiento conlleva fugas, roturas y averías que suponen pérdidas diarias de hasta 38 litros por habitante. En total, más de 695.000 millones de litros de agua se pierden al año, según el INE. Y cada gota cuenta. En paralelo, muchas redes urbanas siguen gestionándose con sistemas analógicos, lo que dificulta una respuesta ágil y basada en datos.
No se trata solo de evitar el despilfarro. La gestión deficiente del agua conlleva costes operativos elevados, sobrecarga energética y una menor resiliencia ante sequías, olas de calor o episodios extremos. Ante este panorama, la digitalización del ciclo del agua ya no es solo una opción: es una necesidad estratégica.
La tecnología háptica, o la capacidad de sentir y tocar en el mundo digital, ha dado un gran paso adelante gracias a un innovador desarrollo en el campo de la realidad virtual (VR) y aumentada (AR). Un equipo de investigación liderado por el profesor Park Jang-Ung del Instituto de Ciencias Básicas (IBS) ha desarrollado una tecnología que promete sensaciones táctiles uniformes y precisas en pantallas transparentes, algo que podría revolucionar la interacción entre los usuarios y los dispositivos inteligentes.
El IoT se ha convertido en una herramienta concreta y rentable que automatiza y realiza procesos a distancia, más allá del mero dispositivo conectado, y transforma datos en conocimiento, ayudando así a la toma de decisiones estratégicas. Las empresas que apuesten por soluciones de análisis IoT no solo mejorarán su eficiencia y rentabilidad, sino que estarán mejor preparadas para anticiparse al futuro y adaptarse a un mercado cada vez más competitivo y digital.
Los datos son, hoy más que nunca, el activo más valioso de cualquier organización. Pero su verdadero poder radica en la capacidad de convertirlos en conocimiento útil para tomar decisiones ágiles, reducir costes y anticiparse al cambio. El Internet de las Cosas y sus soluciones de análisis de datos son la clave para lograrlo. Si aún no has comenzado a utilizar IoT o quieres saber cuál será el siguiente paso, sigue leyendo.
La eficiencia empresarial hoy no se mide solo por la reducción de costes, sino por la capacidad de adaptarse, innovar y escalar rápidamente. Integrar soluciones SaaS en entornos de nube flexible permite a las organizaciones combinar lo mejor del software moderno con infraestructuras tecnológicas altamente adaptables. Para las empresas que desean mantenerse competitivas y preparadas para el futuro, esta combinación no es una opción: es una necesidad estratégica.
De esta forma, los modelos SaaS (Software as a Service) dentro de entornos de nube flexibles, se han consolidado como una estrategia clave para mejorar la eficiencia operativa. Este artículo explora distintos modelos como la Cloud Privada, la Cloud Pública y los servicios profesionales que se acompañan para aplicarlos en el día a día de forma personalizada.
A partir del 1 de enero de 2026 todos los vehículos que circulen por las carreteras españolas deberán llevar un nuevo dispositivo de seguridad. Se trata de una baliza de emergencia luminosa que además está conectada por IoT para que la incidencia esté geolocalizada y las asistencias puedan llegar antes al lugar. Esta novedad en las normas de tráfico afecta de lleno a las flotas profesionales, que deberán adaptarse a un cambio normativo en materia de seguridad vial. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha establecido que los tradicionales triángulos de emergencia dejarán de ser válidos a partir del año que viene, para señalizar averías o accidentes en carretera, siendo reemplazados por la baliza v16 homologada con geolocalización. Esta nueva obligación supone una transformación significativa para las empresas que gestionan vehículos, tanto por su impacto operativo como por las oportunidades de mejora en seguridad y eficiencia.
A estas alturas no descubrimos nada si decimos que la ciberseguridad es una de las prioridades para empresas, organizaciones y ciudadanos particulares en un 2025 en el que no hay día que no salte alguna noticia relacionada con un incidente de seguridad. Desde nuestra responsabilidad con nuestros clientes, a todos les insistimos en que solo hay dos tipos de empresas, las que han sufrido un ataque y las que no se han enterado. Sin duda, esa es una de las grandes preocupaciones de Roberto Lara, Director de Ciberseguridad en Vodafone España, para quien ese “78,4% de las brechas de seguridad en nuestro país, originadas a través de vulnerabilidades en dispositivos móviles nos recuerda que proteger el entorno móvil no es opcional sino una prioridad”.
Llevo un tiempo con ganas de escribir sobre marketing B2B y como juega en el ciclo de vida de los clientes empresariales y en la escalabilidad de las ventas y el negocio. En el negocio Telco “sin escala no hay negocio y sin marketing no hay escala”.
El B2B es un gran desconocido, con poca gente dispuesta a entenderlo, donde la gente joven no parece querer adentrarse y repleto de profesionales donde su gran valor es la experiencia, mayormente en puestos de ventas. Pero el mundo cambia, los productos de empresas son más digitales que nunca, la gestión del valor de la cartera es imprescindible, la eficiencia de los canales no presenciales es crítica y las herramientas de marketing digital son cruciales para que el B2B siga creciendo exponencialmente, no solo en la pequeña empresa, sino también en la gestión coordinada y automatizada de grandes cuentas.
Desde el lanzamiento de las aplicaciones basadas en los Modelos de Lenguaje LLM que acercan la inteligencia artificial a todo tipo de usuarios, todas las empresas parecen querer aplicar este tipo de soluciones a sus modelos de negocio, aunque muchas se sienten perdidas y no saben exactamente por dónde empezar. Una de esas aplicaciones a su alcance es Google Gemini, que puede integrarse en todas las herramientas que ya utilizas en tu Workspace. En este artículo vamos a guiarte en los primeros pasos y darte ideas de cómo aprovechar al máximo sus posibilidades.
La inteligencia artificial es capaz de tomar decisiones en función de una serie de datos almacenados en su memoria, que analiza y transforma en acciones concretas como respuesta a comandos o preguntas también concretas. Cuando ese algoritmo es capaz de utilizar sus propias respuestas para tomar decisiones mejores en la siguiente orden que recibe, es cuando hablamos de Aprendizaje Automático y depende, básicamente, de cómo almacene ese aprendizaje en un tipo de memoria específica. Hasta ahora, ese proceso siempre ha sido puramente matemático y sujeto a una lógica binaria. Algo que podríamos llamar simple, comparado con el proceso complejo que realiza nuestro cerebro humano, gracias a esa maravilla de la naturaleza que son las sinapsis neuronales. Ahora, inspirándose en el cerebro humano, los investigadores han desarrollado un nuevo transistor sináptico capaz de pensar a un nivel superior.
La era de la Inteligencia Artificial aplicada a todas las empresas ha llegado para quedarse. Si aún no sabes cómo puedes aprovechar todas sus ventajas en tu forma de trabajar cada día, vamos a ayudarte a sacarle el máximo partido a una de las herramientas más populares y completas, como es Copilot de Microsoft 365. Verás que como su nombre indica, puede convertirse en un auténtico copiloto para que tú dirijas tu negocio con un asistente que te ayudará a ser más productivo y eficiente en todo tipo de tareas. Pero vamos a empezar por el principio conociendo un poco más de qué se trata.
Más allá de las aplicaciones más populares que están convirtiendo la inteligencia artificial (IA) en una herramienta que nos rodea a diario en forma de chats y otros modelos de lenguaje similares, existen infinidad de aplicaciones en todos los sectores y actividades económicas que están transformando la forma en que entendemos los procesos.
Uno de los sectores que más está aprovechando las capacidades de aplicar algoritmos a sus tareas y objetivos es el financiero. Se trata de un sector en el que el tratamiento de datos numéricos y estadísticos es esencial y, por ello, está especialmente predispuesto para aprovechar las ventajas de este tipo de tecnología.
Por otra parte, la posibilidad de acercar su labor y servicio a los clientes de una forma más personalizada es especialmente útil si tenemos en cuenta la percepción que éstos tienen de forma habitual con respecto a sus entidades. Y es una realidad que la llamada banca inteligente ya está revolucionando la forma en que las instituciones bancarias operan, interactúan con sus clientes y diseñan sus productos y servicios. Vamos a analizar cómo la IA está cambiando radicalmente el panorama financiero, impulsando una nueva era de eficiencia, personalización y seguridad.