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23 de octubre de 2025 - Tiempo de lectura 8 min

SASE + SD-WAN: La red segura para la empresa moderna

La red corporativa es un componente vital para la continuidad del negocio de una empresa. En un contexto en el que la adopción de modelos de trabajo híbrido y la migración de aplicaciones, datos y plataformas a la nube son cada vez más habituales, es esencial garantizar que la red sea ágil, eficiente y segura. 

El problema es que las arquitecturas de red tradicionales, diseñadas para proteger el perímetro físico de la oficina y el data center corporativo, ya no son suficientes. El perímetro, tal y como lo conocíamos, ha desaparecido. Hoy, alrededor del 60% de los datos empresariales se almacenan actualmente en la nube y cada conexión puede convertirse en un punto de exposición si no se gestiona adecuadamente.

Ante este escenario, la convergencia tecnológica entre SASE (Secure Access Service Edge) y SD-WAN (Software-Defined Wide Area Network) se presenta como la respuesta a los nuevos desafíos. 

La combinación de ambas tecnologías no solo transforma la forma en que las empresas construyen y gestionan su infraestructura de red y seguridad, sino que también sienta las bases para una conectividad moderna, inteligente y preparada para hacer frente a cualquier tipo de ciberamenaza. 
SASE + SD-WAN: La red segura para la empresa moderna

¿Qué son SASE y SD-WAN y por qué son la respuesta a tus desafíos de conectividad? 

SD-WAN es una arquitectura que simplifica la gestión de las redes de área amplia (WAN) al desvincular el control de la red del hardware subyacente. En esencia, utiliza software para dirigir el tráfico de forma inteligente entre distintas sedes, centros de datos, nubes y trabajadores remotos. SD-WAN permite combinar diferentes tipos de conexión (fibra, internet, 4G/5G, etc.), optimizar el uso de los enlaces disponibles y priorizar - automáticamente el rendimiento de las aplicaciones más importantes del negocio. De esta forma, las empresas obtienen una conectividad más eficiente, escalable y fácil de administrar, rompiendo la rigidez de los modelos de red convencionales. 

Por su parte, SASE fusiona las capacidades de red (como SD-WAN) con todos los servicios avanzados de seguridad en una plataforma única y nativa en cloud. SASE engloba múltiples herramientas de seguridad como firewalls, puertas de enlace web seguras, agentes de seguridad de acceso a la nube y, sobre todo, el modelo Zero Trust que verifica la identidad y el contexto antes de otorgar acceso a cualquier recurso. Con SASE, la seguridad deja de concentrarse en el perímetro corporativo y pasa a estar integrada en cada punto de la red. De este modo, el control y la protección acompañan a los datos y a las aplicaciones allí donde se origina el acceso por lo que, cuando un usuario intenta conectarse, la SASE aplica políticas estrictas que inspeccionan el tráfico, autentican la identidad y sólo concede el acceso cuando se cumplen todos los requisitos de seguridad definidos por la empresa. 

La integración entre SASE y SD-WAN se basa en políticas centralizadas que gestionan la conectividad y la seguridad. SD-WAN se encarga de optimizar el tráfico y priorizar las aplicaciones críticas, mientras que SASE inspecciona los flujos en tiempo real desde la nube mediante servicios como CASB, SWG y ZTNA, garantizando así una protección coherente con independencia de la ubicación o el dispositivo. 

Con la combinación de SD-WAN y SASE se da respuesta a los retos de conectividad que tienen las empresas en la actualidad, ya que resuelve la fragmentación entre sedes, la dificultad de administrar infraestructuras complejas y la exposición creciente a ciberamenazas. En este contexto, SD-WAN aporta control centralizado y máxima eficiencia en el tráfico, mientras que SASE garantiza que cada acceso y cada dato están protegidos por una capa avanzada de seguridad gestionada desde la nube. 

Adoptar una arquitectura SASE y SD-WAN requiere planificación y un enfoque progresivo. Para lograr una transición efectiva, conviene seguir tres pasos clave: 

  • Diagnóstico inicial: analizar la red actual, identificar vulnerabilidades, dependencias de VPN y puntos de congestión.
  • Integración gradual: desplegar SD-WAN y SASE por fases, priorizando las sedes y usuarios con mayor exposición o necesidad de rendimiento.
  • Monitorización continua: centralizar la gestión de la red y la seguridad en una única plataforma que permita supervisar en tiempo real los accesos, las políticas y el tráfico.
Este enfoque por etapas permite maximizar la seguridad y la eficiencia sin interrumpir la actividad del negocio, facilitando una evolución ordenada hacia una red más ágil y segura. 

La red sin fisuras: cómo protegen a tu equipo remoto

Dado que los empleados pueden conectarse a la red de la empresa desde diferentes localizaciones y a través de múltiples dispositivos, el perímetro de seguridad ya no se circunscribe a la oficina. Las medidas de seguridad tradicionales se han quedado obsoletas y ahora, la protección debe centrarse en la identidad del usuario y en el dispositivo.

Al unir SD-WAN y SASE, las empresas optimizan la calidad de sus conexiones y refuerzan la protección de sus datos y servicios, con independencia de la ubicación de sus trabajadores. De esta forma, cuando un empleado está fuera de la oficina, el tráfico se dirige por la ruta más eficiente, lo que garantiza un acceso rápido y sin interrupciones a las aplicaciones y a las plataformas empresariales. Al mismo tiempo, la seguridad se activa en cualquier ubicación y, gracias a la metodología Zero Trust, se comprueba la autenticidad del dispositivo y la identidad del usuario antes de permitir el acceso a los recursos de la empresa. Todo el tráfico se analiza al instante para identificar posibles intrusiones o intentos de fuga de datos que puedan poner en riesgo la operatividad del negocio. 

Además, este modelo de red facilita el cumplimiento de las principales normativas de ciberseguridad, como el Esquema Nacional de Seguridad (ENS) o la Directiva NIS2, que exigen visibilidad total sobre los sistemas, segmentación de red y monitorización continua. 

La combinación de SASE y SD-WAN permite a las empresas cumplir con estos requisitos de forma más ágil, reduciendo riesgos de sanción y fortaleciendo su resiliencia frente a incidentes. 

El fin de la VPN tradicional

Hasta hace no mucho, las redes privadas virtuales (VPN) eran la opción preferida para ampliar el perímetro empresarial a usuarios remotos. Sin embargo, este modelo se ha quedado desfasado. La razón es que una VPN cifra el tráfico para proteger el canal de comunicación, pero no evalúa de forma continua el riesgo del dispositivo ni la identidad del usuario. De la misma manera, una vez que el usuario está dentro de la red, la VPN le concede un acceso prácticamente ilimitado a esta, lo que supone asumir un riesgo importante si el dispositivo se ve comprometido. 

Las VPN poseen importantes ineficiencias, ya que obligan a que el tráfico destinado a plataformas cloud, como por ejemplo Microsoft 365, realice un viaje de ida y vuelta a través del centro de datos de la empresa antes de llegar a Internet. Este desvío genera una mayor latencia y empeora la - experiencia de usuario. Además, tampoco priorizan el rendimiento de las aplicaciones cloud, lo que provoca lentitud y puntos únicos de fallo. 

Debido a estas debilidades las empresas están abandonando las VPN en favor de SD-WAN y SASE. Esta apuesta les garantiza que cada conexión se verifica, incluso después de la autentificación, evitando que el acceso a toda la red quede comprometido por unas credenciales robadas. Y todo ello sin necesidad de saturar el centro de datos y sin que el rendimiento y la experiencia de usuario se vean mermados. 

Costes controlados y seguridad total 

Aunque implementar una arquitectura SASE y SD-WAN supone un gasto, los beneficios a largo plazo superan con creces a la inversión. Además, la reducción de costes es una de las principales características de ambas tecnologías. En primer lugar, ya no es necesario invertir en diferentes soluciones de seguridad, ya que todas las funcionalidades están incluidas en una única plataforma que se gestiona desde la nube. Esto hace que ya no sea necesario tener tanto hardware propio en la empresa y que se reduzca el coste destinado al mantenimiento de equipos. 

Soluciones como SD-WAN de Vodafone Empresas, que combina conectividad fija y 5G con protocolos de ciberseguridad avanzados de forma continua, permiten tener un control centralizado y proactivo sobre todos los accesos, tanto remotos como desde diferentes sedes. Y todo ello a un coste muy competitivo. 

Los beneficios de SASE y SD-WAN no se reducen exclusivamente al apartado económico, sino que gracias a ser soluciones que operan en un entorno cloud, permiten que las políticas de seguridad sean las mismas para todos los usuarios, dispositivos y ubicaciones, eliminando las brechas de protección entre la oficina central, las sucursales y los trabajadores remotos. Además, SASE y SD-WAN ofrecen una visibilidad completa de extremo a extremo de la red, lo que facilita una detección y respuesta a amenazas más rápida y coordinada.

SASE y SD-WAN no solo suponen una evolución tecnológica, sino que constituyen un nuevo modelo operativo que libera a las empresas de la complejidad y de las limitaciones de los procedimientos más obsoletos. Esta arquitectura integrada es la base para garantizar una conectividad fluida y la protección adecuada en un entorno hiperconectado. 

En resumen, la integración de SASE y SD-WAN no es solo una decisión técnica, sino una apuesta estratégica para crear redes corporativas seguras, escalables y adaptadas al futuro digital de las empresas. 

En un entorno en el que la movilidad, la nube y la seguridad convergen, las empresas que adopten este modelo no solo protegerán mejor sus activos, - sino que también ganarán en flexibilidad operativa y capacidad de adaptación. 

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