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04 de septiembre de 2025 - Tiempo de lectura 6 min

Optimiza el consumo energético de tu empresa con las soluciones IoT

La energía es probablemente el factor que más determinará la economía y cualquier sector productivo en los próximos años, no solo por la dependencia de sus fuentes, afectadas por todo tipo de cuestiones geoestratégicas, sino también por la necesidad de conciliar el aumento exponencial de su consumo. Más allá de las cuestiones económicas, el creciente desarrollo tecnológico y la digitalización de todos los países y sectores deben compatibilizarse con la protección del medioambiente y los efectos de esa mayor demanda de energía en la crisis climática. En pocas palabras, necesitamos cada vez más energía y, ante los efectos de su consumo, es imprescindible optimizar al máximo tanto su generación como su uso.
Optimiza el consumo energético de tu empresa con las soluciones IoT

Por qué tu consumo energético es más alto de lo que imaginas

Desde siempre, el consumo energético suele representar uno de los mayores costes operativos en cualquier empresa u organización. Por ejemplo, una pyme puede dedicar hasta el 10% de sus ingresos a la factura de luz, y el consumo industrial supuso en 2023 unos 15.548 millones de euros según el último estudio del INE. Sin embargo, gran parte de ese consumo no se traduce directamente en producción directa y no siempre se dispone de datos precisos para identificar dónde se producen los despilfarros y la ineficiencia: Equipos encendidos fuera de horario, sistemas de climatización desfasados o iluminación inadecuada pueden pasar desapercibidos si no se realiza una monitorización precisa.

Esta falta de visibilidad no solo eleva los costes productivos, limitando la competitividad frente a empresas que ya aplican una gestión energética inteligente, sino que no cumplen con los requisitos de sostenibilidad que se exige a la industria hoy. La respuesta a todos estos retos de la tecnología puede ser, paradójicamente, tecnológica.

Cómo el IoT convierte los datos en eficiencia energética real

Aunque, como hemos empezado diciendo, en la mayoría de las organizaciones el gasto energético representa una de las partidas más elevadas de las operaciones, pocas empresas cuentan con la visibilidad necesaria para identificar dónde, cuándo y cómo se produce el mayor consumo.

El uso de tecnología IoT ofrece una respuesta a esa necesidad y permite supervisar el consumo en tiempo real mediante sensores inteligentes, capturando datos constantes y concretos sobre el uso energético de equipos, espacios y procesos. Esta capacidad habilita la automatización (por ejemplo, apagar equipos inactivos, ajustar la climatización según la ocupación o activar mecanismos de mantenimiento predictivo), lo que se traduce en mayor productividad y cumplimiento normativo.

Según un estudio de McKinsey, los sensores IoT han ayudado a detectar usos ilegales de energía y a ajustar automáticamente el aire acondicionado, lo que ha generado reducciones de entre el 1 % y el 5 %, dependiendo del tamaño y el tipo de instalación. Otros estudios que veremos más adelante han demostrado que las tecnologías M2M (Machine to Machine) pueden generar ahorros energéticos de alrededor del 20%.

Calcula el retorno de la inversión de un proyecto de IoT

Una de las principales preocupaciones de los directivos a la hora de evaluar proyectos de IoT es el retorno de la inversión (ROI). La buena noticia es que las soluciones energéticas basadas en IoT suelen ofrecer un retorno rápido de la inversión gracias a los ahorros directos en la factura eléctrica y a la reducción de los costes de mantenimiento. Así, los ahorros pueden oscilar entre un 15 % y un 30 % del consumo anual, dependiendo del sector y del grado de digitalización previo. En entornos industriales, las arquitecturas de IoT combinadas con la nube y la computación en el borde (edge computing) lograron una reducción del 18 % en el consumo energético, junto con una disminución del 22 % en los tiempos de inactividad y una mejora del 15 % en el uso de los recursos (Cornell University).

Como factor añadido para la rentabilidad inmediata de estas medidas, hay que tener en cuenta que Internet de las Cosas se integra en otra serie de tecnologías habilitadoras conectadas como 5G o la Inteligencia Artificial y muchas de sus soluciones cuentan con modelos de pago por uso y plataformas en la nube, por lo que muchas soluciones IoT requieren una inversión inicial baja, lo que facilita que incluso las pymes puedan adoptar estas tecnologías sin comprometer su liquidez.

A ello se suman beneficios intangibles como la mejora de la productividad, el cumplimiento de normativas ambientales y la mejora de la reputación corporativa frente a clientes e inversores.

El futuro de la gestión energética está en la nube y el IoT

El Internet de las cosas (IoT) permite monitorizar en tiempo real el uso de la energía mediante sensores conectados y plataformas de análisis. Estos dispositivos recopilan información precisa y constante de cada área, equipo o proceso, lo que permite identificar patrones de consumo, anomalías y oportunidades de optimización.

La sinergia entre la nube y el IoT ya está revolucionando cómo se gestiona la energía. Las plataformas centralizadas permiten realizar análisis con IA, hacer predicciones del consumo, ofrecer mayor escalabilidad y adaptarse a múltiples sedes, lo que contribuye a la sostenibilidad operativa. Además, abren la puerta a modelos de negocio innovadores que surgen de la integración del IoT con el big data o inteligencia artificial, impulsando la creación de nuevas líneas de negocio y mejorando la experiencia del cliente. En resumen, el IoT no solo reduce costes, sino que también potencia la personalización del servicio y la fidelización, siendo un motor clave para la transformación digital.

Y es que, más allá del ahorro energético, las soluciones de IoT están indicadas para mejorar la productividad de las grandes organizaciones, sin importar su sector, al facilitar la comunicación entre personas, dispositivos y, especialmente, entre máquinas (M2M). Gracias a ello, es posible automatizar procesos, garantizar el cumplimiento de normativas y asegurar la trazabilidad de cada operación. Un ejemplo claro lo encontramos en las propias compañías eléctricas, que utilizan tecnología M2M para registrar los consumos de forma precisa y transparente.
De esta forma, el IoT no solo proporciona datos, sino que los convierte en decisiones inteligentes —Data Driven— que impactan directamente en la eficiencia, la sostenibilidad y la competitividad.

Evidencia sobre el ahorro energético con IoT

Los estudios muestran que los beneficios son tangibles en distintos sectores. Para que nos hagamos una idea rápida, investigaciones académicas como las publicadas por Cornell University confirman que los edificios inteligentes pueden reducir en torno al 20 % su consumo mediante control IoT de climatización e iluminación. En entornos industriales, la combinación de IoT con Edge y Cloud Computing ha logrado reducciones del 18 % en el consumo de energía, una disminución del 22 % en los tiempos de inactividad y una mejora del 15 % en el uso de recursos.

La sostenibilidad y la Agenda 2030: el papel del consumo energético en la empresa

Como adelantamos en la introducción, la optimización energética va más allá del ahorro económico y está directamente ligada a los compromisos de sostenibilidad que las empresas deben asumir. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecen la eficiencia energética como un pilar clave para reducir las emisiones de CO₂ y frenar el cambio climático. El sector privado tiene un papel esencial: al reducir su consumo energético, no solo contribuye a la descarbonización global, sino que también fortalece su reputación, accede a incentivos regulatorios y responde a las expectativas de clientes, inversores y empleados cada vez más conscientes del impacto ambiental. Adoptar soluciones IoT en este contexto es, por tanto, una decisión estratégica que alinea la competitividad con la responsabilidad corporativa.

Como vemos, el IoT está redefiniendo la forma en que se gestiona la energía. Los datos recolectados por los sensores se integran en plataformas cloud que permiten centralizar la información, aplicar inteligencia artificial y escalar el sistema de manera flexible, al mismo tiempo que se envían instrucciones a todo tipo de dispositivos de forma remota para que su funcionamiento sea eficiente. Esto abre la puerta a nuevas capacidades como la predicción del consumo, la integración con mercados energéticos y la optimización automática de recursos en múltiples sedes. Las organizaciones que adopten la gestión energética inteligente no solo reducirán costos, sino que estarán mejor preparadas para cumplir con los estándares de sostenibilidad y para responder a las demandas de clientes, accionistas y reguladores.

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