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25 de septiembre de 2025 - Tiempo de lectura 5 min

Empleados formados en ciberseguridad, empresa protegida

A menudo se dice que los usuarios son el eslabón más débil de la cadena de protección y defensa de los activos de una empresa. Año tras año, los diferentes estudios señalan que el error humano es la principal vulnerabilidad: la mitad de los CISOs y responsables de ciberseguridad considera que las personas son su mayor riesgo (Proofpoint, 2025). Ante esta situación invertir en formación en ciberseguridad de los empleados debe convertirse en una de las máximas prioridades de cualquier empresa.

En comparación con el coste, que supone afrontar un ciberataque exitoso, la inversión en formación en ciberseguridad de los empleados es mínima: enseñar a un empleado a distinguir un ataque de phishing o instar a que utilice contraseñas robustas apenas supondrá un gasto mínimo y permitirá proteger de forma más eficiente los activos digitales de la empresa.
Empleados formados en ciberseguridad, empresa protegida

El factor humano: El eslabón más débil de la seguridad en la red

Las empresas refuerzan la seguridad de las redes con cortafuegos de última generación, instauran sistemas de cifrado de datos, realizan copias de seguridad automatizadas o implementan sistemas de detección de intrusiones basados en inteligencia artificial. Sin embargo, incorporar tecnología de protección más avanzada no impide que el malware entre en la empresa por descuidos humanos.

Un clic en un correo sospechoso, la descarga de un archivo malicioso o el uso de contraseñas débiles son la puerta de entrada habitual de los ciberdelincuentes. Estos errores no indican la incompetencia de los empleados, sino la falta de formación y concienciación. La mayoría de ellos no son expertos en ciberseguridad, ya que su foco principal es su trabajo diario, por lo que es responsabilidad de la empresa proporcionarles las herramientas y los conocimientos necesarios para que, en lugar de ser la puerta de entrada, se conviertan en la principal línea de defensa.

La formación en ciberseguridad es tu mejor inversión

La formación en ciberseguridad es una de las mejores inversiones que puede realizar una empresa. Una empresa que invierte en cursos para trabajadores está reduciendo desde el primer momento la probabilidad de sufrir un ataque exitoso. La formación no solo protege la infraestructura tecnológica, sino que también fortalece a los empleados al hacerles partícipes de la seguridad colectiva.

Gracias a la formación en ciberseguridad, los empleados comprenden la necesidad de tener políticas de seguridad. De esta forma, es más probable que las tengan en cuenta no sólo en su trabajo diario, sino también en el ámbito personal. Si, por ejemplo, la empresa les enseña la importancia de no repetir la misma contraseña, los empleados la aplicarán tanto en las aplicaciones de la empresa como en el acceso a sus servicios personales.

Invertir en formación en ciberseguridad también permite cumplir con las distintas normativas

Directivas europeas como la NIS2, exigen a las empresas tener medidas de seguridad más robustas. Para cumplir con esta directiva, las compañías deben implementar medidas técnicas y asegurarse de que la alta dirección y los empleados reciben una formación adecuada y periódica.

En España, la incorporación de la NIS2 afectará directamente a los sectores esenciales y de servicios digitales (energía, transporte, agua, banca, infraestructuras digitales y sanidad), imponiendo obligaciones más estrictas de notificación de incidentes y gestión del riesgo. Por tanto, la formación no solo es recomendable, sino imprescindible para evitar sanciones y garantizar la continuidad del negocio.

En este contexto, servicios como el de consultoría especializada de Vodafone Business, ofrecen a las empresas un análisis del cumplimiento de la NIS2, un plan de acción y un completo seguimiento para ayudarlas a cumplir con la directiva.

Qué deben incluir los cursos para tus trabajadores

Para que la formación en ciberseguridad sea fructífera no basta con realizar una presentación sencilla ni con organizar cursos genéricos. Entre otros motivos, porque los departamentos que componen una empresa tienen funciones diferentes y cada trabajador opera de forma distinta. Por ello, es fundamental que los cursos para trabajadores estén adaptados a cada departamento y al nivel de responsabilidad de cada empleado. En otras palabras, el director financiero no puede recibir la misma formación en ciberseguridad que un administrativo.

A pesar de esta segmentación, existen amenazas comunes, por lo que todos los cursos para trabajadores deben abordar una serie de elementos básicos:

  • Información sobre las principales amenazas: el trabajador debe conocer qué es y cuál es el peligro del phishing, el ransomware, la ingeniería social o el fraude del CEO.
  • Uso de contraseñas y accesos: es importante enseñar a los empleados a usar gestores de contraseña y a que implementen el doble factor de autenticación.
  • Detectar malware: los cursos para trabajadores deben enseñarles a identificar archivos que pueden contener malware y que se adjuntan en los correos electrónicos o a no pulsar enlaces sospechosos.
  • Seguridad en la red y en los dispositivos: con el auge del trabajo híbrido es importante que los empleados tengan pautas claras de establecer conexiones seguras.
  • Respuesta ante incidentes: la formación en ciberseguridad también debe incluir la forma en la que se debe actuar en el caso de que el empleado haya sido víctima de un ciberataque.

Cómo construir una verdadera cultura de seguridad en la red

Si bien los cursos para trabajadores son importantes en la formación en ciberseguridad, la construcción de una verdadera cultura de seguridad requiere que todos los miembros de la empresa consideren la ciberseguridad como una parte natural de su trabajo diario. En este sentido es fundamental que la alta dirección lidere con el ejemplo. Si los responsables más visibles de la compañía no cumplen las normas de seguridad y no promueven buenas prácticas será difícil que el resto de la plantilla se tome en serio la formación recibida.

Además, la ciberseguridad debe impregnar todos los procesos empresariales. Esto significa que, desde la contratación de un nuevo proveedor hasta la adopción de una nueva herramienta digital, se evalúe desde el punto de vista de la ciberseguridad y se establezcan controles antes de avanzar.

En resumen, los empleados son el elemento más importante de la estrategia de ciberseguridad. Invertir en su formación no solo protege los activos de la empresa, sino que también fomenta una cultura de seguridad proactiva. Un empleado bien formado es la mejor defensa que una empresa puede tener.

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