La lucha contra el cáncer mediante nanotecnología tiene dos frentes, la cura de la enfermedad ya declarada de la forma menos invasiva y precisa posible, y la creación de vacunas o inmunoterapia. En ambos campos se está avanzando rápidamente. Investigadores de la Universidad de Duke están combinando la nanotecnología emergente con las últimas técnicas aprobadas por la FDA para tratar tumores, y la eficacia de ambas unidas ha sido demostrada en laboratorio usando ratones. La potente combinación también atacó a los tumores satélites y a las células cancerosas distantes, curando completamente dos ratones y vacunando efectivamente a uno contra la enfermedad. Los resultados aparecieron en línea en Scientific Reports el 17 de agosto. ©Duke University: Un grupo de nanoestrellas de oro bajo un microscopio electrónico. El tamaño de las nanostars hace que se acumulen dentro de los tumores, donde los investigadores utilizan la luz infrarroja para calentarlos y destruir los crecimientos cancerosos. La línea de trabajo combinada de los profesores en Ingeniería Biomédica, Química y Fotónica de la Universidad de Duke no solo busca encontrar un tratamiento ideal no invasivo y seguro, sino que también intenta activar el propio sistema inmunológico del paciente para erradicar tumores metastásicos residuales. Están seguros de que si pueden crear una inmunidad contra el cáncer a largo plazo, entonces realmente tendrían una cura. El nuevo enfoque se basa en una tecnología de «inmunoterapia fototérmica» desarrollada por un grupo interdisciplinario de investigadores de Duke que utiliza láseres y nanostars (nanoestrellas) de oro para calentar y destruir tumores en combinación con un fármaco inmunoterapéutico. Esta terapia fototérmica se basa en el hecho ampliamente demostrado de que las nanopartículas se acumulan preferentemente dentro de un tumor debido a su vasculatura con fugas. Mientras que varios investigadores de todo el mundo están llevando a cabo estas técnicas utilizando nanopartículas, la Universidad de Duke ha sido pionera en el desarrollo de un tipo único de nanopartículas llamadas nanostars de oro (Gold Nanostars), que tienen la ventaja de la geometría. Debido a que los nanoestrellas de oro tienen múltiples picos agudos, son capaces de capturar la energía del láser de manera más eficiente. Esto las permite trabajar con menos exposición, haciéndolas más eficaces y más profundamente dentro de un tejido. Vo-Dinh, uno de los científicos, explicó que los picos de la nanostar funcionan como pararrayos, concentrando la energía electromagnética en sus puntas: «Hemos experimentado con estas nanoestrellas de oro para tratar los tumores antes, pero queríamos saber si también podíamos tratar los tumores que ni siquiera sabíamos que estaban allí o los tumores que se han extendido por todo el cuerpo”.