Ciberseguridad para autónomos: Cómo proteger tu negocio y a tus clientes
La ciberseguridad es una de las máximas prioridades de todo tipo de empresas y organizaciones.
En la actualidad, estamos en un momento en el que el número de ciberataques está en aumento y, además, éstos son cada vez más sofisticados, por lo que tener una empresa protegida requiere incrementar las inversiones en ciberseguridad.
Sin embargo, esta problemática se multiplica si hablamos de un grupo económico como el de los autónomos. En la gran mayoría de las ocasiones, estos profesionales no cuentan con un equipo de TI (Tecnologías de la Información) dedicado, lo que hace que sean más vulnerables ante los ciberataques. Esa situación, no es óbice para que los autónomos no tomen las precauciones y las medidas necesarias ya que, si para cualquier empresa un ataque exitoso puede conllevar problemas importantes, para los autónomos puede suponer la desaparición de su negocio.
No es exagerado decir que, si se produce un ataque con éxito, las consecuencias pueden ser devastadoras. Son ataques que pueden suponer el robo de información confidencial, el bloqueo de servicios o de equipos o el acceso a las cuentas bancarias. Todos ellos, además de suponer un coste elevado, pueden perjudicar la reputación del negocio y traer consigo la pérdida de confianza por parte de los clientes. Por ello, es esencial que los autónomos implementen medidas de seguridad robustas que les permitan proteger tanto su información personal como la de sus clientes.
Una de las excusas habituales que tiene este colectivo es el elevado coste que supone la implantación de determinadas medidas y soluciones de protección. La cuestión es que, en numerosas ocasiones, no se trata únicamente de adoptar las últimas herramientas de seguridad que puedan encontrarse en el mercado, sino de mejorar los hábitos y comportamientos individuales para tener protegidos los datos. Es más importante adoptar buenas prácticas en ciberseguridad como no abrir correos sospechosos que tener una gran solución. Se trata de adquirir una cultura de seguridad que permita que el ciberataque nunca llegue a tener éxito. Estar informado sobre las últimas amenazas y aprender a reconocer intentos de phishing y otras tácticas de ingeniería social permitirán que el autónomo pueda reconocer cuándo están intentando engañarle.
Entre algunas de las actuaciones esenciales a ejecutar, el uso de Redes Privadas Virtuales, gestores de contraseñas y software de seguridad, así como la realización de copias de seguridad regulares y la formación continua en ciberseguridad permitirá que la protección de un autónomo se sitúe a la par de la de cualquier empresa y, todo ello, a un coste más bajo del que pueda creer.