25 años innovando contigo para seguir construyendo futuro.

El 28 de abril de 2025 ocurrió lo que pocos podían imaginar: un apagón masivo paralizó gran parte de España y Portugal. Esta interrupción inmediata y violenta del suministro energético, que en algunos lugares del país superó las 36 horas, tuvo como consecuencia que millones de usuarios vieron cómo desaparecía el acceso a internet y a la telefonía móvil. Más allá de la duración de las baterías de los dispositivos, las propias redes de los operadores vieron cómo su energía desaparecía poco a poco y, con ella, el servicio. Como ya vivimos en 2020 con el otro fenómeno disruptivo de todos conocido, la pérdida de un servicio tan esencial como las telecomunicaciones, nos enseñó la importancia real de este servicio que muchas veces consideramos una simple commodity y que en realidad, puede ser una elección estratégica. Así lo demuestra el informe elaborado por la consultora internacional Ookla, en el que se concluye que no todos los operadores reaccionaron igual frente a este apagón y que los clientes de Vodafone España fueron los que menos pérdida de servicio tuvieron, en términos absolutos y de duración total. Algo que no es fruto de la casualidad.