La recepción de los fondos europeos de recuperación está en el punto de mira de la mayoría de empresas españolas. Las ayudas económicas, enmarcadas dentro del plan ‘
NextGenerationEU’, tienen como prioridad reactivar el tejido empresarial tras la crisis causada por la COVID-19. En España estas ayudas se traducen en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con el que el país recibirá hasta 140.000 millones de euros hasta 2026. Así, el Ejecutivo ha presentado ya el documento definitivo ante la Unión Europea.
Son muchos los pilares de
este plan, que se sustenta principalmente en ejes como la sostenibilidad, la digitalización o la innovación. De los 140.000 millones de euros totales, ya conocemos cómo se repartirán, previsiblemente, los primeros 70.000. Esta cuantía se repartirá entre 2021 y 2023, años en los que se prevé el inicio de la recuperación económica.
Los sectores empresariales que se beneficiarán de los fondos europeos son variados, si bien en este artículo nos centramos en el
sector educativo. Y es que Educación es una de las bases más férreas del tejido socio-económico del país. Es, además, un pilar transversal a todos los sectores de actividad, por lo que la inversión en educación es fundamental. La cuestión trascendental ahora es cómo se prevé el reparto de ayudas en materia educativa y qué acciones pueden llevar a cabo las empresas para beneficiarse de ellas en cada uno de los ámbitos. Tal y como comunicó el propio Ejecutivo, la primera fase de ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se dividirá en inversiones y reformas. Una de las palancas de esta primera parte del plan es “Educación y conocimiento, formación continua y desarrollo de capacidades”.
El ámbito educativo recibirá alrededor del 10,5% de las inversiones. En total, la cuantía que se destinará a recursos formativos ascenderá a 7.317 millones de euros, que se dividirán en tres ejes de acción: Plan Nacional de Competencias Digitales Plan estratégico de impulso a la Formación Profesional Modernización y digitalización del sistema educativo, incluida la educación temprana de 0 a 3 años. Este primer capítulo de inversión dentro del sector educativo hace referencia a la formación digital. Es decir, formar a los trabajadores en el uso de herramientas digitales que les permitan optimizar el desarrollo de su actividad. La cuantía correspondiente a este epígrafe se eleva hasta los 3.593 millones (5,2%). Se estima que el 80% de la población española reciba formación centrada en competencias digitales. Además, la mitad de las personas que se formen en este ámbito deberán ser mujeres, lo que fomentará a reducir la brecha digital desde el punto de vista de la igualdad. El plan se vertebra en torno a cuatro grandes retos:
Formación digital transversal para la ciudadanía digital, con especial hincapié en mujeres y niñas. El objetivo es que los ciudadanos sepan utilizar las herramientas virtuales para comunicarse con la Administración Pública, realizar operaciones digitales, etc.
Desarrollo de competencias digitales para la educación. En este caso se incluyen todas las etapas educativas, desde la digitalización de la escuela hasta la universidad o la Formación Profesional.
Formación en competencias digitales durante la vida laboral, tanto para personas en activo como para desempleados. Es decir, lo que se conoce comúnmente como
upskilling (profundización en el conocimiento de aptitudes digitales) y
reskilling (reconversión profesional).
Fomento de los especialistas TIC. Las empresas contarán con más volumen de perfiles especializados en el ámbito tecnológico, lo que garantizará mayor continuidad en la implantación de competencias digitales.
¿Qué tipo de acciones se contemplan en este plan? La tipología de acciones que se enmarcan dentro del Plan Nacional de Competencias Digitales es muy amplia. El único requisito es que cumplan alguno de los retos anteriormente descritos. Así, algunos ejemplos de iniciativas que se podrían poner en marcha son: Creación de centros de apoyo a la formación digital Actividades relacionadas con la robótica y la programación Dotación de dispositivos y equipos portátiles en zonas rurales o donde exista una brecha digital más pronunciada Implantación de programas de recualificación profesional, orientados a enseñar a los trabajadores de un sector a desarrollar más aptitudes digitales