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22 de mayo de 2025 - Tiempo de lectura 4 min

Nueva ley de accesibilidad para autónomos y ecommerce

El comercio electrónico en España se encuentra en plena expansión, consolidándose como uno de los pilares fundamentales de la economía digital del país.

Según los últimos datos del informe E-commerce Report España de CBRE, el mercado de ecommerce alcanzará un valor superior a los 65.000 millones de euros en 2025, representando alrededor del 14% de las ventas totales. Este crecimiento refleja un aumento significativo desde el 8,7% registrado en 2020, impulsado por la comodidad y la variedad que ofrecen las compras online.

Además, más del 76% de los usuarios de Internet entre 16 y 74 años ya realizan compras online, lo que equivale a unos 30 millones de compradores activos. Este panorama ha llevado a que una de cada tres pequeñas y medianas empresas (pymes) españolas vendan a través de Internet, situándose por encima de la media europea.

Pero para que el comercio electrónico sea justo y equitativo, también debe ser accesible para todas las personas. Es aquí donde entra en juego la nueva ley de accesibilidad que todos los autónomos deben tener en cuenta.
Nueva ley de accesibilidad para autónomos y ecommerce


Qué es la Ley Europea de Accesibilidad

La entrada en vigor de la Ley Europea de Accesibilidad en junio de 2025 supone un cambio trascendental para autónomos y pequeñas empresas que operan en el ámbito digital.

Esta normativa, aprobada inicialmente en 2019 y traspuesta al derecho español mediante la Ley 11/2023, establece una serie de requisitos obligatorios para garantizar que todos los bienes y servicios digitales sean accesibles para personas con discapacidad. Cabe señalar que, como ocurrecon otras normativas, esta ley no solo afecta a las empresas europeas, sino también a cualquier negocio internacional que ofrezca productos o servicios dentro del mercado comunitario.

El objetivo principal de esta legislación es eliminar barreras digitales y promover la igualdad en el acceso a bienes y servicios. En términos prácticos, esto significa que las páginas web y aplicaciones móviles deberán ser perceptibles, operables, comprensibles y robustas para todos los usuarios.

Entre las adaptaciones más relevantes destacan la compatibilidad con tecnologías de asistencia como lectores de pantalla, el uso adecuado del contraste de colores para mejorar la legibilidad, subtítulos en vídeos y transcripciones en audios, formularios accesibles con etiquetas claras y procesos de compra diseñados para ser utilizados sin barreras.

Para los autónomos y pequeñas empresas que gestionan tiendas online o prestan servicios digitales, estas exigencias representan un desafío y al mismo tiempo una oportunidad.

Por un lado, cumplir con la normativa implica realizar auditorías técnicas para identificar puntos débiles en sus plataformas digitales y llevar a cabo modificaciones significativas. Por otro lado, adaptar sus negocios a estos estándares les permite acceder a un mercado más amplio e inclusivo. Según datos de la Comisión Europea, más de 87 millones de personas en la Unión Europea tienen algún tipo de discapacidad, lo que equivale aproximadamente al 20% de la población. Garantizar que este segmento pueda navegar y comprar sin dificultades puede traducirse en un aumento considerable del alcance comercial.


Aprovecharse del Kit Digital

La implementación de estas medidas también está respaldada por programas gubernamentales como el Kit Digital. Este plan, financiado con fondos europeos Next Generation EU, permite a autónomos y pymes acceder a ayudas económicas para modernizar sus plataformas online.

Las subvenciones pueden cubrir desde mejoras específicas relacionadas con la accesibilidad hasta otras soluciones digitales como optimización SEO o herramientas para autogestión del ecommerce. Esto resulta especialmente relevante considerando que muchas pequeñas empresas carecen de recursos técnicos avanzados o presupuestos elevados para acometer estas transformaciones.

Sin embargo, no todas las empresas están obligadas a cumplir con esta normativa desde el inicio. Las empresas con menos de diez empleados y un volumen anual inferior a dos millones de euros están exentas temporalmente. Aun así, se recomienda encarecidamente que estas entidades comiencen a trabajar en su adaptación progresiva para evitar quedar rezagadas frente a competidores más grandes o preparados.


Más allá de la cuestión legal

El impacto esperado va más allá del cumplimiento legal; también se trata de fomentar una experiencia más positiva para todos los usuarios.

La accesibilidad digital no solo beneficia a personas con discapacidades físicas o cognitivas; también mejora la navegación para personas mayores o usuarios con dificultades temporales como lesiones o limitaciones tecnológicas. Además, una web accesible tiende a ser más eficiente en términos generales: es más rápida, intuitiva y atractiva para cualquier visitante.

En términos económicos, esta transformación podría fortalecer aún más el comercio electrónico español. Actualmente, el gasto medio por comprador online supera los 3.300 euros anuales y se destina principalmente a sectores como moda (69%), electrónica de consumo y turismo. La expansión hacia mercados internacionales también es una tendencia creciente: el 51% de las pymes con tienda online ya cuentan con pasarelas de pago habilitadas para clientes extranjeros.

Iniciativas como esta ley subrayan la importancia estratégica del ecommerce para autónomos y pequeñas empresas. La digitalización no solo abre nuevas oportunidades comerciales; también refuerza su capacidad para competir en igualdad de condiciones dentro del mercado europeo e internacional y para todo tipo de personas, independientemente de sus capacidades.

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