24 de octubre de 2024 - Tiempo de lectura 3 min
La importancia de la asistencia informática y técnica 24/7 para los negocios
Seguro que alguna vez, en el día a día de tu negocio, te has tenido que enfrentar a un problema informático. Impresoras que no funcionan, ordenadores que no arrancan, carpetas que desaparecen, la conexión WiFi que falla…
Además, vivimos en un momento en que la tecnología está presente en todos los aspectos de cualquier negocio: desde la gestión de inventarios hasta la comunicación con los clientes, la tecnología juega un papel crucial en todas las operaciones empresariales. Sin embargo, y pese a todos los beneficios que ello conlleva, no podemos negar que incidencias técnicas como fallos en el sistema, errores de configuración o problemas de seguridad pueden afectar e incluso paralizar un negocio si no se resuelven rápidamente.
¿Qué hacer en esos momentos?
Pues, además, de mantener la calma, aquí es donde entra en juego la asistencia informática y técnica. Tener acceso a un equipo de soporte técnico especializado que pueda resolver problemas en tiempo real es esencial para mantener la continuidad del negocio. Además, en un entorno empresarial competitivo, la capacidad de resolver problemas técnicos de manera eficiente puede ser un diferenciador clave.
Vodafone, consciente de esta, ha incluido su servicio de asistencia informática y técnica 24/7, en su oferta de tarifas para autónomos y pequeñas empresas. Este servicio no solo garantiza la resolución de problemas técnicos en cualquier momento del día, sino que también ofrece un soporte continuo que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de una empresa.
Lo más destacable es que este soporte está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, lo que asegura que los negocios puedan operar sin interrupciones.
Consecuencias de los fallos informáticos
Como decíamos al principio, todos nos hemos enfrentado alguna vez a la aparición de algún problema técnico que nos impide realizar nuestra labor con normalidad.
Las consecuencias de estas incidencias pueden ser amplias y variadas, también en las repercusiones de estos fallos.
Uno de los efectos más frecuentes son las interrupciones en las operaciones diarias. Por ejemplo, si un sistema de punto de venta (POS) falla, un minorista no podrá procesar transacciones, lo que puede resultar en una pérdida de ventas y clientes insatisfechos. De igual forma, si experimentamos problemas con los sistemas de comunicación (como el correo electrónico), la empresa puede tener dificultades en la coordinación entre empleados (sobre todo si no comparten un mismo espacio físico y temporal), además de que la interacción con clientes y proveedores también se verá mermada, con las consiguientes consecuencias.
Sin duda, uno de los problemas más graves a los que un negocio se puede enfrentar por un fallo informático es la pérdida de datos. Esto puede incluir información de clientes, registros financieros y otros datos críticos para el negocio. La pérdida de datos puede resultar en una interrupción significativa de las operaciones y, en algunos casos, puede ser irreversible.
Cualquiera de estas incidencias puede afectar negativamente la reputación de nuestro negocio, ya que los clientes (tanto actuales como potenciales) esperan un servicio eficiente y confiable, y las interrupciones pueden llevar a una percepción negativa y a la pérdida de confianza.
Esto no solo puede acarrear unos costes importantes y una merma en los ingresos, sino que (no lo vamos a negar) resolver problemas informáticos puede ser también algo costoso en nuestra cuenta de resultados, dado que, si el problema es muy importante y no lo hemos sabido atajar a tiempo, podríamos necesitar invertir en nuevas infraestructuras o pagar por servicios de recuperación de datos. Estos costos adicionales pueden afectar el presupuesto y la rentabilidad del negocio.